domingo, 13 de julio de 2014

Feliz viaje

Echo la vista atrás y tengo la sensación de haber realizado un viaje maravilloso. Durante dos años y medio, dos veces a la semana, me he sentado a contar y compartir muchas de las vivencias que he tenido en mi carrera de concertista. Como no podía ser de otra manera, era necesario tratar el tema más delicado y, quizás, el más importante, como es el de la enseñanza. De ahí emana todo y su huella perdura siempre.
Son muchas entradas y, modestia aparte, creo que algunas me han quedado redondas. Yo mismo, tras escribirlas, las he releído pasado algún tiempo y me he dado cuenta de que he sido el primer beneficiario. Sí, he aprendido ordenando ideas, recordando y analizando hechos trascendentes, reviviendo tantos buenos momentos... A menudo dejamos que todo pase sin más, sin darle su verdadero valor, y olvidamos que en esta vida cada detalle cuenta. Somos el resultado de una suma continua e ilimitada.
El día que comencé a escribir dejé claro que todo aquel que estudie piano puede tocar, y ahí entran el concertismo de altura y tantas variantes de actuaciones en directo como podamos imaginar. Siempre tuve un leitmotiv: se puede. Todo el mundo puede. Los problemas surgen desde muy temprano, cuando las ilusiones que llevamos se empiezan a truncar durante el periodo de estudiantes, tan largo por cierto, ya que se crea la sensación de meta inalcanzable. De ahí tantos abandonos y tantas frustraciones.
Por eso he dirigido mi discurso hacia la fortaleza que debemos crear, a tener las ideas muy claras y a luchar por lo que es nuestra vida (la única, que sepamos) y que nada ni nadie tiene el más mínimo derecho a estropear. Estos conceptos, aparentemente tan sencillos, son muy difíciles de mantener y de llevar a la práctica. Hay demasiados vicios heredados y muy poca voluntad de eliminarlos.
Cada uno es dueño de sí mismo y tiene el derecho y el deber de vivir según sus creencias, deseos y principios. Tocar el piano es una ocupación maravillosa y puede compaginar la devoción y la obligación. Sólo tenemos que marcar los límites para que nos haga feliz.
Creo que he cubierto una etapa que es necesario terminar. Lo que quería decir escrito está. Igual podría empezar a repetirme o, lo que sería peor, a aburrir a los que me habéis seguido y leído paciente y cariñosamente. En definitiva, es como si hubiese escrito un libro, que siempre necesita un final.

Ojalá este blog haya aliviado alguna carga, evitado algún tropiezo y curado algún dolor. Eso me haría sentir dichoso.
Muchas gracias a todos y hasta siempre.
Feliz viaje, feliz aventura.
Alberto.

15 comentarios:

  1. Echaré de menos tus entradas Alberto. Gracias por el viaje, un abrazo.

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  2. Pues no te imaginas la pena que me da que esto se acabe. Me ha aportado más de lo que esperaba. Me reconforta saber que lo podré seguir releyendo y aprendiendo, porque hay viajes que merecen la pena repetir ;)

    Muchas gracias por todo.

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  3. No ha lugar!, el fin de este blog no es una opción. Así qué tomate un respiro estival, y ponte luego las pilas, que te queda cuerda para rato por aquí.
    Si es necesario estoy dispuesta a recoger firmas, o lo que sea, así que haz un comunicado cambiando los planes de este post.
    Que por cierto, es el único que no vale la pena de este maravilloso blog.

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  4. ¡¡Totalmente de acuerdo!! Espero que sólo sea un "parón" momentáneo.

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  5. Gracias Anónimo de las 22:32,, entre todos lograremos frenar el cierre.

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  6. Haz lo que quieras Alberto, yo sé que eres un hombre libre,muy buen músico y muy buen pianista. Además tienes un don para expresarte y clarividencia para pensar en los problemas de los músicos. ¡que encuentres otro cauce para seguir con esto, como tu quieras y cuando quieras!Porque tienes muchos seguidores que te han escuchado y te han leído con mucha atención y cariño.

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  7. Nunca me has aburrido. Ni te imaginas cuanto he aprendido leyendo, viviendo tus publicaciones. Ojalá esto solo sea una parada, un trasbordo en tu mágico viaje. La música es el arte que mas nos acerca a la inmortalidad; pero las letras... las letras forjan puentes, no lo olvides Alberto. Y pasa lo que pase, hagas lo que hagas, muchas gracias por cuanto nos has regalado con tu experiencia y con tu arte. Un abrazo.

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  8. Muchas gracias por toda la sabiduría que has compartido con todos nosotros a lo largo de estos años, tus palabras han sido fuente de inspiración y motivación constantes. He aprendido tanto que seguiré leyendo y releyendo tus entradas para sacarles todo el jugo posible! Espero que tengas un muy feliz verano y que sigas cumpliendo tus sueños :)

    Un abrazo,

    Ángela.

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  9. ¡Fíjate todo lo que has generado! Nos has transmitido el saber encontrar el sentido de nuestro camino como músicos y personas. Ten seguridad en que tu buena energía revertirá en más personas como una onda.

    Un abrazo, maestro!!!
    Inma

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  10. No encuentro mi comentario así que lo repito. Ha sido un gustazo leerte aunque yo no haya tocado un piano en toda mi vida. Un besazo y seguiremos hablando.

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  11. Es una lástima Alberto, me gustaba mucho leerte, yo que ni soy pianista, ni concertista, ni siquiera músico (¡pero si apenas era amante de la música hasta hace poco!). Pero cómo no hacerlo si tu segunda etiqueta más usada era "disfrutar", la tercera "confianza", si hablas de "nosotros mismos", de "objetivos", de la familia con "Beatriz" y tu "hija Beatriz", de "educación", de "sueños"...

    Ha sido un placer ser espectador de este viaje, pero espero, deseo, que no sea más que una parada para estirar las piernas (y las manos), disfrutar del paisaje y continuar otras 250 entradas. Gracias Alberto, hasta pronto.

    -El friki- ;)

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  12. ¡¡¡ Alberto, eres grande picha!!! (supongo que esto se puede poner en tu blog, ¿no?). Muchas gracias por todo.
    ¡¡¡ Un abrazo, Maestro!!!
    Álvaro

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  13. Te vamos a echar de menos. Un saludo

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  14. Desde México, gracias por compartirnos tantas experiencias de vida. Mis mejores deseos :)

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