domingo, 25 de agosto de 2013

Reinventarse

¡No puedo más! Estoy hasta el gorro de escuchar la dichosa palabrita por todos lados. Ésta es la única salida que se les ha ocurrido a nuestros nunca bien calificados dirigentes, esos a los que les hemos dado el poder para llevar nuestros asuntos y encargarse de que nuestra vida fuera mejor, esos que no hay manera de que se les caiga la cara de vergüenza cada vez que mienten o se les pilla trincando.
Pero lo que peor llevo es que ahora no son sólo ellos los que nos animan a darnos la vuelta como un calcetín, ahora es cualquiera, y cuando digo cualquiera entra en el saco el 99,99% de la población.Estupendo, objetivo conseguido. Y, por supuesto, una vez más, demostrado que somos tontos a rabiar y así nos va. ¡Viva el rebaño! Resulta que una persona pasa su infancia, adolescencia y juventud, es decir, los mejores años de la vida en cuanto que la responsabilidad es muy limitada y escasa, y todo es ilusión, quitando horas al ocio, a la diversión, al descanso y al estudio obligatorio para hacer crecer en su interior un mundo nuevo y mágico con el que tener una concepción de la existencia bastante más elevada de la común y corriente (vamos a poner por ejemplo la del caracol, que saca sus cuernos al sol). Ni siquiera esa personita se plantea dedicar su tramo adulto a vivir de su arte. Estudia, compagina, goza, sufre... Un año tras otro va construyendo una elevación, primero una loma y luego una montaña, que no está sola pues hay muchas otras. Pero, comparativamente, en la llanura convive la inmensa mayoría de seres que pueblan la tierra. Entonces se da cuenta de que, gracias a su esfuerzo continuado, es un privilegiado. Su vida algo más elevada le permite tener otra percepción de prácticamente todo ya que, lo quiera o no, ya está un poco más arriba y eso imprime carácter. Y un buen día decide que no quiere bajar más, que aunque ver con claridad el fondo y el horizonte puede resultar más duro que no levantar la vista del suelo, eso significa tomar conciencia de uno mismo como persona.
Si echamos cuentas, esta dedicación no puede medirse con la medida de tiempo estándar, es imposible. A cualquier pianista que le preguntes cuántas horas dedica a su profesión te responderá lo mismo: sentado ante el piano, tantas, pero con la cabeza puesta en él, casi veinticuatro diarias.
Un buen día te da por quejarte, sólo un poquito: mires para donde mires el gobierno se ha dedicado a poner trabas por doquier y a destruir todo lo que funcionaba y todo cuesta cada día más trabajo. Ojo, que aquí entra todo dios, desde el más simple 'paleta', a los mecánicos, a los tenderos, a los feriantes, a los dentistas, a los arquitectos, a los músicos, a los sastres, a los actores, a los vendedores ambulantes, a los oficinistas, a los dependientes, a los empresarios... Todo dios. Pues va el que sea y te suelta el verbo de rigor.
La respuesta a este cataclismo no puede ser un eslogan publicitario: reinvéntate. Primero y fundamental: en qué. Y segundo y más fundamental todavía: por qué.
Por favor, si mantenéis una conversación de este tipo en cualquier círculo, no le hagáis el juego a estos seres sin alma que nos tratan con total desprecio y que sólo velan por su interés. No digáis que la solución es reinventarse. La lucha debe estar en mantener nuestra dignidad, nuestra individualidad, nuestra libertad. Cada vez que alguien repite semejante estupidez, sin darse cuenta se deteriora e insulta al otro.
No nos regalaron nada. Lo que se consiguió fue a base de esfuerzo y de quedarse mucha gente en el camino. Parece que nuestra memoria olvida fácilmente cómo las generaciones anteriores lo tuvieron muy negro y entre todos se logró que pudiésemos distinguirnos de los animales de manera clara.
Insisto: no lo digáis nunca más, que atenta contra la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

4 comentarios:

  1. Todos los que nos recomiendan que nos reinventemos disponen, en general, de puestos vitalicios y seguros de los que nadie va a poder echarlos. Se mueven con la seguridad de que el mundo les debe algo y que se merecen todo lo que tienen. MUY BUEN POST ALBERTO. Inmejorable en estos tiempos.
    Además, que os lo digan a vosotros! Cosas veredes
    Besis wapo

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    1. Pues eso, que encima no vamos a seguirles el juego, que así somos.
      Me alegra mucho que te haya gustado.
      Otro beso fuerte para ti.
      Alberto.

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