miércoles, 26 de septiembre de 2012

No puedo imaginar...

No puedo imaginar la que se ha liado por una carta.
No puedo imaginar que se esté destapando el funcionamiento interior de un deporte de élite.
No puedo imaginar que unas chicas jóvenes hayan pasado por lo que están contando.
No puedo imaginar que la humillación forme parte de la educación.
No puedo imaginar que la respuesta a la entrega sea el desprecio.
No puedo imaginar que los padres no sepan o no quieran ver el sufrimiento de sus hijas.
No puedo imaginar que la meta esté por encima de las personas.
No puedo imaginar que por abrir la boca te puedan llover las críticas.
No puedo imaginar que se siga pensando que a un dictador haya que reconocerle el mérito.
No puedo imaginar que frases desterradas como quien bien te quiere te hará llorar sirvan de modelo.
No puedo imaginar que nadie tenga poder de decisión sobre las ilusiones de otra persona, más aún si es menor de edad.
No puedo imaginar que tantos años de infancia y juventud se pierdan por el desagüe porque sí.
No puedo imaginar que actitudes vejatorias cercanas al delito puedan quedar impunes sin que se intervenga de oficio.
No puedo imaginar que a nadie le importe que se machaque a niñas que van a quedar marcadas de por vida.
No puedo imaginar que la venda en los ojos tape tanto despropósito.
No puedo imaginar que lo que debería ser disfrute y satisfacción se convierta en sufrimiento y desesperación.
No puedo imaginar que en el siglo XXI valga tan poco el individuo.
No puedo imaginar que se acepte lo anormal por el "todo vale".
No puedo imaginar que se trate de "o lo tomas o lo dejas".
No puedo imaginar...
No puedo...
No...
...

No puedo imaginar, porque para imaginar hace falta que no sea real. Si es real, ya no puedes imaginar.

2 comentarios:

  1. Lo que no somos capaces de imaginar, sucede, tanto lo bueno como lo malo, aunque el caso al que aludes de bueno no tiene nada.
    Saludos.

    ResponderEliminar