domingo, 16 de diciembre de 2012

BWV 846

Por si algún despistado pasa por aquí, aclararé que no estoy vendiendo ninguna moto de gran cilindrada. Esta numeración se corresponde con una de esas pequeñas, y enormes a la vez, obras de arte que Bach nos dejó para el disfrute diario.
En apariencia, muy sencilla de tocar, en esa tonalidad de Do mayor que nos inculcaron desde pequeños que era la más fácil y que con el tiempo descubrimos que era muy engañosa. Creo que todos conocemos varias versiones del Clave bien temperado porque es una colección que se ha grabado bastante bien. Así, numerosos pianistas de renombre la tienen en su discografía.
Me gustaría comentar, muy por encima, algunas de ellas, para ver que esto de tocar el piano, o mejor dicho, interpretar, es muy complejo y admite infinidad de variantes. De paso, dejo constancia de mi total desacuerdo con esas opiniones que dicen ser la única verdad y que tanto abundan.
Podemos comenzar por la de Wanda Landowska, pionera absoluta con su clavecín, preparado o no, que me ha sorprendido positivamente por su tiempo (hacía siglos que no la oía y la tengo en LP), cadencia final incluida.
Sin abandonar el clavecín, podemos saborear la de Gustav Leonhardt, de quien ya comenté que fue un gratísimo descubrimiento. ¿Y ésta de Bob van Asperen? Ya empezamos con las cosas raras.
Rosalyn Tureck está considerada como una gran especialista y, sin embargo, esta versión me da un poco de bajona. Ahora, la escuché en directo en Sevilla allá por los 80 y fue alucinante el manejo de voces que la señora realizó. Impresionante. Un personaje curioso a quien tuve como jurado en el 'Pilar Bayona' de Zaragoza en el 85.
¿Qué hacemos con nuestro querido Glenn Gould? Sin comentarios, que ya los hace él mismo. Pero, oh sorpresa, escuchad al magnífico Grigory Sokolov haciéndole la competencia aunque un poco más rápido (y no os perdáis la Fuga).
Andras Schiff ha dejado dicho que el pianista que no toca a Bach no se puede considerar pianista. Un poco exagerado pero dicho queda y siempre se remueve algo por ahí dentro. Ahí están sus líneas de fraseo. Vosotros mismos.
Angela Hewitt, esa pianista canadiense con tan buenas versiones de Bach, lo ha grabado dos veces en menos de una década. Esta creo que es la segunda, la de 2008 (no encuentro la de 1999 aunque la tengo en mi ordenador).
Al frecuentemente precipitado virtuosismo de Vladimir Ashkenazy (¡quién pudiera!) se opone esta versión pausada.
Y acabo esta lista interminable, por no decir infinita, con la versión que desde que la oí transformó la idea que tenía de Bach al piano, la de Sviatoslav Richter, cualquier cosa.

Bueno, pues a ver quién es el guapo que se atreve ahora a decirnos que esta obra hay que tocarla de una manera concreta (y me refiero, por extensión, a todo el repertorio). ¡Qué grande es la música! 



4 comentarios:

  1. Ojalá muchos pianistas manifestaran con más frecuencia unas ideas tan claras, flexibles y respetuosas sobre la interpretación, algo que es de agradecer.
    Sin embargo, por desgracia y en la realidad, la docencia del piano está plagada de "guapos y guapas" absolutamente intransigentes en eso de admitir otras versiones que presenten modos o maneras de tocar distintas a las que en su día le enseñaron a cada cual.
    Esto sucede con más vehemencia interpretando a Bach, repertorio clavecinístico, e incluso Mozart.
    La discrepancia es de tal calibre que pueden suspenderte en la prueba de acceso al grado profesional o superior, en los premios de fin de grado, en concursos, oposiciones, etc, y dejar en tu vida una huella de fracaso y decepción imborrable.
    Tocar una obra de Bach al estilo del ejemplo de Richter puede provocar una fulminante reacción alérgica en alguien que defiende a ultranza un tipo de interpretación semejante al de la fuga de Sokolov ( que inserta como ejemplo), y viceversa.
    En prevención hay que tener mucho tacto con el repertorio que programas en estas ocasiones, si son " los otros " los que van a calificarte, porque te la juegas.
    Sólo cuando ya no pueden calificarte ni tumbarte, eres libre para interpretar como realmente deseas, aunque está claro que siempre gustarás a unos, y enervarás a otros.
    En una ocasión también tuve la suerte de escuchar en directo a Rosalyn Tureck.Un profesor me regaló entradas de palco, muy cerca del escenario. Un Bach inolvidable.
    Muchas gracias por ecribir esta magnífica entrada llena de ejemplos. Felices fiestas.

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  2. Totalmente de acuerdo con lo que dices. De hecho no quise alargarme demasiado, pero tenía todo el tiempo en la cabeza esas pruebas en las que te eliminan por una interpretación poco ortodoxa, siempre a juicio del jurado de turno.
    Todos sabemos que existe una base académica para guiarnos pero los márgenes de movimiento suelen ser bastante amplios. Si no fuera así, tendríamos que deshacernos de todos los discos que el tiempo deja desfasados (y a los que volvemos continuamente en busca de una sabiduría, un sonido y un saber hacer difícil de encontrar hoy).
    Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo y, por supuesto, Felices Fiestas.

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  3. Muchas gracias por plasmar estos pensamientos que muchos habremos tenido acerca de nuestras interpretaciones. Hace ya unos años me pregunté: bueno, ¿y este jurado, qué criterios tendrá? ¿les gustará cómo toco mi Scarlatti? ¿Les parecerá correcto que utilice esta métrica?, ¿y el cuarto de pedal?... Ojalá no me miren el pie, por si acaso...
    También personalmente pienso que hay que tener cuidado con las obras que tocas ante el público. Algunas grabaciones son tan conocidas que el oído cotidiano no acepta el cambio. Incluso profesores se dejan llevar por algunas modas...
    Gracias de nuevo por tus palabras. Espero disfrutar mañana por la tarde tanto como lo he hecho al leer muchas de sus entradas. Enhorabuena!

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    1. Muchas gracias por el comentario. Estamos educados para ser respetuosos con las partituras, por lo que la interpretación personal, que nos va atrapando poco a poco, ha de ser perfectamente válida. La mayoría de las veces quien juzga desde fuera es quien se aferra a su versión de su (único) disco y no admite nada más. Si la música fluye, es música.
      Hasta la tarde...

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